cusqueños ilustres
Desde 1990 el autor de este blog ha ido investigando la vida y obra de los autores, intelectuales y artistas cusqueños contemporáneos habiendo tratado de más de medio centenar de ellos agrupados en la obra inédita "Cusqueños Ilustres" algunos de estos personajes son los que tratamos aquí. A quienes visiten y se informen sobre los contenidos, les pedimos que citen la fuente y eviten el plagio.
About Me
- Name: Julio Antonio Gutiérrez Samanez
- Location: Cusco, Cusco, Peru
Escritor, promotor cultural, artista plástico e ingeniero químico, dedicado a la creación y producción cerámica. Ha publicado obras sobre temas de cultura, poesía, historia, química y geometría.Web:www.kutiry.org, email:jgutierrezsamanez@yahoo.com.
Sunday, November 27, 2011
José Gabriel Cosió Medina, fue otro de los preclaros
hombres de nuestra tierra. Dueño de un privilegiado intelecto que abarcó
valiosos conocimientos en las ramas de la Historia, Arqueología, Pedagogía y,
sobre todo, tuvo un profundo dominio de la lengua castellana. Crítico mordaz,
daba tanto palos que no dejaba hueso
sano, zurrándose de lo lindo en cuanto
autorzuelo se pusiera bajo el fuego de su puntería.
Nació en Accha Paruro, el 18 de Marzo de 1887, estudió en
la Universidad San Antonio Abad,
graduándose de Doctor en Filosofía, Historia y Letras. Se inició en el
magisterio en 1909 siendo profesor de Castellano y Literatura; luego fue catedrático
de la Universidad del Cusco; Director de los colegios nacionales: San Carlos de
Puno, San Juan de Trujillo y Colegio Nacional de Ciencias del Cusco.
En 1909 fue uno de los fundadores de la “Asociación Universitaria”
organismo representativo del estudiantado antoniano de ese entonces que propugnó
la primera huelga universitaria.
Al reabrirse la universidad, Cosio fue secretario del Rector
Dr. Alberto Giesecke y formó parte de la redacción de la Revista Universitaria
y la revista “La Sierra” del Cusco.
En 1912 fue delegado del gobierno peruano y de la Sociedad
Geográfica de Lima ante la expedición científica de la Universidad de Yale
(USA), dirigida por Hiram Bingham.
Fue, también, regidor de la Municipalidad Provincial del
Cusco; miembro activo de la Beneficencia Pública del Cusco; socio fundador del
Instituto Americano de Arte y presidente del Rotary Club del Cusco.
Periodista y escritor, escribía con los seudónimos de
“Maese Raparos” y “Maese Nicolás”. Su obra se encuentra dispersa en artículos
periodísticos en los diarios “El Sol” y “El Comercio”, en la Revista Universitaria
y la revista del Instituto Americano de Arte.
Fue autor de las monografías: “La civilización Inca comparada
con las civilizaciones del Antiguo oriente”; “El americanismo literario”; “El
Cusco Histórico Monumental”; “Sobre Historia y Arqueología”, etc.
El Dr. Cosio fue, también, autoridad indiscutible en el
tema de arqueología cusqueña y mostró especial interés en la conservación del
patrimonio cultural y artístico en artículos periodísticos como: “El enigma del
Machupicchu”, publicado en El Sol, noviembre de 1929 y muchos otros que sería
largo enumerar.
Se interesó, también, por aspectos históricos tales como “Escritores
Americanos” serie de artículos aparecidos en El Sol, 1935; Próceres Cusqueños
en la campaña de Pumaccahua; “Los dos Túpac Amaru” publicado el 18 de marzo de
1955; “Ladislao Espinar en la acción de
San Francisco”, El Sol Nov. 1947; “Mancio Sierra de Leguízamo” abril de
1956; “La Maria Angola
o de la Asunción
del Cusco”, una campana histórica y
tradicional”, etc.
Acerca de la historia de la Universidad Nacional de San
Antonio Abad del Cusco, José Gabriel Cosio, publicó una serie de artículos en
El Comercio de Cusco, entre julio y setiembre de 1945, los cuales deberán ser
reeditados por nuestra primera casa de estudios.
El Dr. José Gabriel Cosio, fue eminente garcilasista, tuvo
una destacadísima labor en la difusión de la vida y obra del cronista mestizo al conmemorarse el Cuarto
Centenario de su nacimiento (1939); en el diario “El Comercio” del Cusco en la
sección “Acotaciones”, publicó 170 crónicas en el transcurso de ese año.
El Dr. Cosio se trazó como objetivos la impresión de los
Comentarios Reales en edición popular, la erección de un monumento a Garcilaso
en el Cusco, la adquisición de la casa en que nació el insigne historiador, para
designarla como museo y local para la
facultad de letras de nuestra universidad.
Los 170 artículos aludidos anteriormente deben ser
compilados en un libro y publicador por la Municipalidad y por algunas
entidades culturales; para evitar que malos intelectuales acudan a la innoble
práctica del plagio de tan importante y rica cantera de conocimientos. Tal como sucediera,
con los libros de texto para enseñanza secundaria, publicados por este autor y
que fueran plagiados impunemente.
Como literato y estudioso de la lengua castellana, fue un
incansable lector de “El Quijote” y de los autores del “Siglo de Oro” español. A
lo largo de 50 años publicó numerosísimos artículos, algunos de los cuales son:
“La lengua y la Literatura Quechua” (consideraciones
sobre algunos dramas) “El Comercio julio 1930”.
“Escritores Americanos: Don Juan Montalvo” EL Sol, julio
1935.
“La Literatura Incaica”. La Crónica, Lima 23 de mayo de
1934.
“La Cristiada ”.
Comentario de la primera edición peruana de esta obra. El Comercio, 1º enero de
1946.
"Un tercero en discordia y maese reparos en Solfa”,
El Sol 1955, acerca de cómo debe escribirse el nombre quechua del conejillo de
indias (cuy, cuye, cowe o ccohue).
“viejo pleito ex humado”, El Sol, setiembre de 1956, a cerca, nada menos
que del nombre del Cusco. “En aquellos tiempos -dice el doctor Cosio en este
artículo- comenzó a medrar como mala hierva en los eriales; en vicio
ortográfico de escribir el nombre de esta sagrada tierra de los Incas con el
silbante, silbosa o sibilante “s”, estampando “Cusco” en vez de “Cuzco”, como
se hacia 350 años desde que los barbados españoles llegaron por estos trigos”,
agregando después que esta audacia tuvo origen foráneo y que se debía escribir
Cuzco con esa “z”, decente, alta y pintoresca. Tal parece que de vivir don José
Gabriel no suscribiría el edicto municipal que optó por la “s”.
Como educador y pedagogo legó a la posterioridad sus
memorias anuales que como director de importantes centros escolares hizo
publicas, dando a conocer en ellas sus puntos de vista en cuanto a pedagogía y
mejoramiento de la docencia se refiere.
Después del terremoto que sacudió el Cusco en 1950, el
Dr. Cosio se dedicó a la noble tarea de colaborar, desde sus columnas
periodísticas: “Comentarios”, “El Día” y “Acotaciones”, a la campaña de
reconstrucción de los templos, casonas coloniales y obras de arte, protestando
contra las demoliciones indiscriminadas.
Son frutos de esta época, entre otros, los artículos:
“Sobre la Iglesia
de San Pedro”; “El templo de las Nazarenas Descalzas”, “La casa de los Martínez
Concha”; “Los Puentes Coloniales del Cusco”; “La Reconstrucción de
los Portales de la Plaza
de Armas”; todos ellos fechados después del siniestro movimiento telúrico.
Este ilustre varón que fuera llamado “El
cusqueño-cusqueñista”, falleció el 23 de Noviembre de 1960, en la ciudad de Lima, no pudiendo su
pueblo natal tributarle el merecido homenaje postrero. Pero, cosa inusual “en
estos trigos”, el Cusco entero le rindió en vida un multitudinario homenaje;
recibió las “Palmas Magisteriales”, y estampó su firma en el libro de Oro de la
Municipalidad. Años después se dio un nombre a un Colegio y a una avenida de
nuestra ciudad.
El Instituto Americano de Arte; entidad de la que fuera
uno de sus fundadores, le rindió un sentido homenaje póstumo en el décimo
número su revista; en ella, el distinguido intelectual Dr. Luis Felipe Paredes
recordó así a su amigo y condiscípulo:
“Prosador brillante y vigoroso, elegante y sutil, como
conocedor profundo que era de los secretos y reconditeces del idioma castellano,
dio a publicidad en estilo terso y galano, valiosísimos estudios de crítica
literaria y de índole histórica, que por su importancia excepcional y su
intrínseco valor, le consagraron como el patriarca de las letras cusqueñas cuyo
cetro mantuvo con erguida gallardía, desde hacía muchos años, hasta el día de
su muerte, en el estilo de Cervantes, a cuya genial obra dedicó estudios
enjundiosos”.
“Para finalizar -escribe Luis Felipe Paredes- diré que
Cosio fue un hombre modesto por naturaleza, no por simulación ni fingimiento y
que él nunca buscó honores, los honores
lo buscaron a él en su casa, en el retiro de su hogar modelo.
Otro de sus amigos y discípulos en este arte del
escribir, el periodista y crítico de arte Julio G. Gutiérrez L, se sumó a este homenaje
del Instituto Americano de Arte con las siguientes frases:
“Su larga y fecunda vida estuvo dedicada por entero al
estudio y la enseñanza. Estudió con ardor hasta acopiar una profunda y copiosa
erudición y enseñó con desprendimiento socrático y cristiana abnegación. Sus
discípulos forman legión. En más de medio siglo de apostolado magisterial,
cincuenta promociones y millares de alumnos recibieron en su espíritu, la
simiente promisora de su palabra”.
“Cosio fue maestro en muchas cosas, pero sobre todo,
maestro en el buen decir. A él le debemos ahora el poder escribir con
corrección, con ortografía y con gramática. Ejerció en cierto modo el
magisterio reparador, la guardianía, a veces severa, del buen gusto y de la
gaya ciencia”.
“Esgrimió la ironía al modo de una fina fusta o como un
estilete que causaba escozor en la piel de quienes caían bajo sus golpes. ¡Y
cuánta falta nos hace ahora!”.
Así despidieron entonces, al Dr. Cosio los intelectuales
cusqueños agrupados en la IAA.
Por su parte, Román Saavedra, el temido panfletario de la Revista Kuntur ,
decía: “José Gabriel Cosio fue juzgado acremente por sus tendencias
hispanizantes y su aire de dómine del “buen decir”, pero se olvida con
frecuencia su cariño raigal por todo lo cusqueño, por su historia, por sus
hombres o su paisaje”.
“No es todavía –prosigue Saavedra- el momento de juzgar
la obra múltiple de este ilustre hombre de letras del Cusco, solamente en forma
provisional, podemos afirmar que su aporte cultural, fue fundamental para la
formación de la conciencia nacional. Maestro, crítico literario, historiador,
periodista, que tuvo algunas sonadas polémicas como por ejemplo con el
gramático español San Martí, sobre cuestiones filológicas”.
Esta es, pues, a grandes rasgos la vida y obra de José
Gabriel Cosio Medina, obra dispersa que las nuevas generaciones deben compilar
y rescatar del olvido.
BIBLIOGRAFIA
Diccionario Biográfico del Perú, Lima 1943.
Revista del IAA Nº 10
Revista “La Sierra”
Revista Universitaria
“Historia del Periodismo Cusqueño”, 1983, Luis Ángel
Aragón.
Colección de recortes y artículos del archivo de la Biblioteca y Hemeroteca
de Julio G. Gutiérrez Loayza.
NOTA:
(Este artículo forma parte del libro "Cusqueños Ilustres", de Julio A. Gutiérrez Samanez.
Cite la fuente, evite el plagio)
ANTONIO LORENA Y CORNEJO, GALENO ILUSTRE
El Dr. Antonio Lorena y Cornejo, nacido en el Cusco a fines del pasado siglo, es el galeno más ilustre y esclarecido del Cusco republicano, hombre dotado de las más excelsas cualidades humanas; modestia, humanidad y sabiduría.
Con mucha justicia el Cusco, ha inmortalizado su memoria colocando su nombre al Hospital llamado “de los pobres” y a una importante avenida de nuestra ciudad.
La Universidad cusqueña dedicó un volumen entero de su revista a la memoria del Dr. Lorena en 1932, año de su fallecimiento. En las páginas de este número nos informamos a través, de las palabras dolientes de quienes acompañaron a su última morada, el Rector de ese entonces y el Catedrático en la ciudad de Lima, en la Escuela de Medicina de San Fernando, siendo más tarde miembro de la “Sociedad Fernandina”.
Regreso al Cusco, en 1879, año de la infausta guerra del Pacífico, dedicándose a la enseñanza como profesor en el Colegio de ciencias y después en la Universidad.
En 1891, preconiza una nueva ciencia aún no cultivada en el país: la sociología.
En 1893, explicó un fenómeno climatológico peculiar de la ciudad de Arequipa en el estudio titulado “las Nevadas”, explicación que atrae sobre sí la atención del mundo científico.
En 1897, fue fundador y primer presidente del Centro científico del Cusco y dirigió el famoso “boletín”, cuyos números ya casi han desaparecido.
En 1898, hace eco de los últimos alcances de la ciencia biológica y de la teoría de la evolución de Darwin, planteando la necesidad de revolucionar la enseñanza de la ciencia a la luz de los nuevos descubrimientos.
En 1899, gestiona y obtiene la creación del curso de Antropología en esta Universidad, muchísimo antes que esta cátedra se dictara en San Marcos, consagrándose a la enseñanza de este curso, materia en la que se perfeccionó en Perís en el año de 1898, habiendo sido alumno distinguido de los sabios Tópinard y Mortillet.
En 1908, fue Delegado Peruano ante el Primero Congreso Científico Pan-Americano, celebrado en Chile del 25 de Diciembre de 1908 al 5 de Enero de 1909, en esta oportunidad presentó su trabajo titulado “algunos materiales para la antropología del Cusco” y el estudio “Cranea Cuzquensis”, que mereció elogiosas críticas en los medios científicos internacionales.
En la segunda década del siglo colaboró en la Universidad en la gestión del Rector Dr. Albert Giesecke.
Mas tarde en 1920, representó al Perú en el congreso Médico de Montevideo en Uruguay.
En la Universidad Cusqueña, regentó las cátedras de Química Analítica, Zoología, Botánica, Anatomía, Fisiología, Antropología y Medicina Legal.
En 1924, en el Tercer Congreso Científico Pan-Americano, realizado en Lima presentó sus trabajos “Influencia de los asiáticos y polinesios en Sud América” y la “Interpretación de la mancha mongólica en las razas aborígenes del Continente Americano”.
En la Arqueología, mencionaremos su notable estudio “La medicina y la trepanación incaica”, donde de modo sucinto y franco enjuicia el estado rudimentario de la medicina incásica, llegando a afirmar sin ambages que esta era “mezcla común y monstruosa de supersticiones y de conocimientos empíricos de la virtud de algunos vegetales”, también en ese estudio enumera lasa enfermedades conocidas por los incas con sus nombres quechuas, así como los métodos, los remedios y los instrumentos quirúrgicos empleados en cada caso.
Valoró el alto grado de perfección a que llegaron los antiguos peruanos en la técnica de la momificación de los cadáveres. Este estudio nos ilustra también a cerca del carácter místico y supersticioso de las explicaciones que los antiguos peruanos daban al origen o patogenia de las enfermedades.
Sobre el tema de la trepanación el Dr. Lorena trata primero de los males cerebrales, luego de la cirugía y los instrumentos quirúrgicos usados y finalmente, analiza y clasifica los cráneos trepanados de acuerdo a sus orígenes y características.
Son otros trabajos del Dr. Lorena, los estudios siguientes: “Cronología geológica y arqueológica” 1913. “Apuntes para un estudio de Arqueología Regional” 1921, y un estudio antiguo (1886) en el que el Dr. Lorena se ocupó de la “Etiología del bocio y cretinismo en la hoya del Vilcamayo”.
En el campo de la Biología tenemos los estudios “las leguminosas arbóreas de Yucay” tratando de sus observaciones de las especies como la tara, la retama, el pisonay, etc. “El color de las flores y los frutos precoces” (1922), “Vegetales exóticos y adventicios del alrededor del Cusco” (1922), “La inmigración de los vegetales en la sección occidental del Cusco” (1924) “El eucalipto y su huésped”, refiriéndose a un ácaro que vive en el fruto del eucalipto y que ataca al oído del hombre produciendo sordera, esta es una de las primeras observaciones a cerca de esta especie arbórea importada de Australia y que lentamente viene transformando el paisaje cusqueño.
El sabio Antonio Lorena atento a la inquietud de su siglo no podía pasar por alto ni resistirse al movimiento liberador que las nuevas ideas, en el año de 1924 colaboró activamente en la famosa “Universidad Popular del Cusco”, que funcionó en escasos dos meses entregando cultura al pueblo trabajador y que fue clausurada a instancias del clero por la dictadura de Leguía. El Dr. Lorena había dictado el curso de Higiene, así nos informa la revista kosko en su número 4, trascrito en el libro “Así nació el Cusco Rojo” de Julio G. Gutiérrez Loayza. Pág. 14 (1986).
Este gran médico cusqueño fue un hombre caritativo y humanitario, ejercía con admirable pasión la ciencia del sabio griego Hipócrates de Cos, ofreciendo su mano salvadora y sus profundos conocimiento a ricos y pobres por igual, con particular deferencia para los desvalidos, a quienes no sólo atendía gratuitamente, sino que asistía hasta económicamente para que pudiesen comprar los medicamentos.